jueves, 17 de septiembre de 2009

Otro ladrillo en la pared

Sentado en el camión con un aire taciturno, se disponía llegar a su casa, después de haber pasado la desgracia de haber sido hostigado por tres pusilánimes, ellos solo buscaban dinero de el, para poder comprar su escape de la realidad y sus problemas.
Veía como el conductor del transporte deglutía su alimento, y pensaba que los males que padecería el hombre no son los que estaba tratando de evitar,si no los que haciéndose pasar por felicidad serian su verdadera desgracia. 
El transporte arrancó de nuevo después de haber subido a un hombre robusto, con tristeza reflejada en la cara, el chico pensó que sería por la senectud que día a día consume al corazón y mente del hombre; ¿Seré así cuando llegue el ocaso de mi vida? se preguntó con miedo al ver de frente a aquel mortal, o peor aun ¿llegaré a esa edad?,es triste llegar a viejo pero mas triste es el no llegar.
Después de haber pasado por un trance mental, llegó a su destino, bajo del camión dando gracias al hombre que había conducido tratándose de ganar la vida así, ya sea por no estudiar u otros factores que influyeron que acabara recibiendo las gracias cumpliendo su trabajo.


2 comentarios:

  1. Un viaje en camión es realmente inspirador, no es así, Tocayo? Ja ja ja

    Te quedó buena la introducción; corta, pero buena.

    Desde ahora somos rivales :mju: Amistosos, claro :pepena:

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  2. ¡Correrá sangre! Jaja, esperemos que no.
    Como le dije: tiene buena redacción :)
    Saludos!

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